A un año del inicio de la operación de la Planta Desaladora de Tocopilla, esta nueva infraestructura ha operado sin interrupciones, produciendo 6 millones 480 mil litros de agua potable diariamente para abastecer el 100% de la demanda de toda la comunidad tocopillana, con un producto que cumple a cabalidad con la normativa chilena de calidad de agua potable, al igual que el agua cordillerana y sin aumento en la tarifa para los clientes.
Desde el inicio de operación de la planta, esta nueva infraestructura transformó a Tocopilla en la primera ciudad de Latinoamérica, con más de 20 mil habitantes, en cubrir todo su requerimiento de agua para consumo humano a partir de la tecnología de desalación, además de sitiar a este puerto salitrero como la primera localidad del país con doble respaldo de suministro, a partir de desalación y agua cordillerana, dándole una seguridad hídrica que toma gran valor en el contexto de sequía prolongada que vive el país y en medio de una crisis climática global que pone la escasez de agua potable como una de las mayores amenazas para la humanidad.
Las ventajas de la desalación en Tocopilla
Desalar para preservar es el slogan de Aguas Antofagasta Grupo EPM, respecto del uso de esta tecnología para la obtención de agua potable y según explica Carlos Mendez, gerente general de la sanitaria, una de las ventajas de la entrada en operación de esta tecnología en Tocopilla es que ha rendido a plena capacidad y sin presentar cortes de suministro en la producción de agua, “lo que representa una buena señal y una ventaja sobre la seguridad de abastecimiento que da esta infraestructura, considerando que estamos en un periodo de escasez hídrica a nivel global”, expresó el ejecutivo, quien recordó que el contar con doble fuente de abastecimiento, a partir de desalación y respaldo cordillerano, asegura que no existan cortes por fallas operativas.
Sin aumento de tarifa
Otra de las ventajas del uso de esta tecnología es que la inversión en la construcción de esta infraestructura se ejecutó íntegramente con recursos de la empresa sanitaria, sin que este costo se traspasara a la tarifa de los clientes. “Sin duda es un gran alivio para el bolsillo de nuestros clientes, porque a pesar que el proyecto tuvo un costo de 46 millones de dólares, para poner a disposición de la comunidad la más sustentable y avanzada tecnología de desalación en la obtención de agua potable, este costo no se refleja en la tarifa que pagan los habitantes de Tocopilla, pues se ha mantenido sin variaciones, dado que existe un acuerdo tarifario vigente con la autoridad reguladora, que mantiene la tarifa invariable hasta 2025”, explicó el gerente. En efecto cada cinco años la empresa sanitaria debe acordar con la Superintendencia de Servicios Sanitarios la tarifa que se cobrará en el quinquenio siguiente y en este caso esta rige sin variación hasta 2025.
Monitoreo y respaldo hídrico
El máximo representante de Aguas Antofagasta Grupo EPM recordó que otra de las ventajas de la planta ubicada en el sector de Caleta Vieja en la comuna de Tocopilla, es que “cuenta con tecnología de punta que incluso permite su monitoreo a distancia y además es amigable con el medio ambiente, reutilizando energía para un ahorro en emisiones de gases de efecto invernadero”, explicó Mendez.
El uso de esta tecnología para la obtención de agua potable en Tocopilla convierte también a esta comuna en una de las pocas ciudades del mundo que cuenta con dos fuentes de abastecimiento, como son la desalación de agua de mar y las fuentes superficiales de agua dulce cordillerana, garantizando así la continuidad y calidad del servicio, especialmente requerida en emergencias climáticas o naturales.
Aporte Comunitario
En el inicio del proceso constructivo de la Planta Desaladora de Tocopilla en 2017, la empresa se comprometió con las autoridades a contratar localmente al menos al 20% de la mano de obra, llegando finalmente a sumar un 35% de trabajadores provenientes de Tocopilla en las diferentes etapas constructivas que concluyeron el año pasado.
Asimismo el proyecto aportó casi $3.500 millones a la comuna, en contratación de proveedores y servicios locales, para cubrir los requerimientos habituales de una construcción de esa envergadura.
La PDN es la mayor planta productora de agua potable de Latinoamérica, infraestructura que ya completa 18 años de operación en el sector de La Chimba de la capital regional.
Según explica Carlos Méndez las nuevas obras complementarán la instalación existente y se estiman puedan estar operativas a partir de 2023 con tecnología de última generación y un diseño y construcción que se enfocan en lograr una integración armónica con el medio ambiente y con los vecinos del sector, ya que se abastecerá con energía renovable certificada y contará con una propuesta arquitectónica moderna y atractiva.
La inversión se estima en US$115 millones y la pronta concreción de este proyecto será un aporte a la reactivación económica regional post pandemia, pues se requerirá la contratación de mano de obra por alrededor de 20 meses, además de una serie de servicios de contratistas asociados al proyecto, los que esperan en la sanitaria puedan ser en su mayoría locales, al igual como ocurrió en Tocopilla.